El gobierno mantiene la contención del gasto. Ecoanalítica indica que las encuestas muestran una clara tendencia a favor de Edmundo González, pero no descarta acciones para reducir la participación o romper la unidad de la oposición.
Víctor Salmerón
Prensa presidencial
A principios de año la mayoría de las consultoras y bancos proyectaron un aumento importante del gasto público durante la campaña electoral, pero la administración de Nicolás Maduro ha optado por una dosis prudente a fin de no romper el delgado hilo de la estabilidad cambiaria y la desaceleración en el alza de los precios.
El ajuste que permitió salir de los años bárbaros de la hiperinflación se fundamenta en la mínima variación de la cotización del dólar para calmar las expectativas y restarle velocidad al aumento de los precios; para ello el gobierno frena el ingreso de dinero a la economía: sin bolívares, no es posible comprar dólares.
Para contener el aumento de los bolívares el gobierno redujo el gasto público y cerró el grifo del crédito obligando a los bancos a engavetar más de dos tercios de los recursos que gestionan.
El resultado es un tipo de cambio oficial que se ha mantenido inalterable en lo que va de año y una inflación que se ha desacelerado notablemente, pero con una contención del gasto público que se traduce en salarios precarios para los trabajadores del Estado, pensiones ínfimas y deterioro de servicios públicos.
A esto se agrega la restricción al crédito que deja a las empresas y a las familias con mínimo acceso al financiamiento, limitando el crecimiento de la economía.
En junio la inflación fue la más baja en los últimos doce años y en el primer semestre los precios acumulan un alza de 8,9% mostrando una clara tendencia a la baja versus el alza de 108% en el primer semestre de 2023.
La campaña de Nicolás Maduro para permanecer por otros seis años en el poder, la jornada electoral es el 28 de julio, deja a un lado el rigor del ajuste y destaca logros macroeconómicos.
“La fuimos desacelerando con producción nacional, con políticas públicas correctas, con nuevas inversiones a los sectores económicos para avanzar” dijo Maduro al festejar la inflación de junio.
Banco Central
Confía en mí
Jesús Palacios, economista senior de Ecoanalítica, explica que “la disciplina fiscal y monetaria del gobierno ha prevalecido a pesar de la campaña; se han concentrado mucho en atacar la inflación, que en las encuestas aparece como el principal problema para la mayoría de la población”.
Una muestra de lo comedido que ha estado el gasto público es que la liquidez monetaria aumentó 69% en el primer semestre de este año mientras que en el primer semestre de 2023 se duplicó.
Jesús Palacios señala que medido en dólares, el gasto del gobierno ha crecido en torno a 20% en lo que va de año y principalmente se ha focalizado en transferencias a los trabajadores públicos y mejoras en el servicio de salud.
El ingreso mínimo de los trabajadores del sector público, gracias al aumento de los bonos, ha aumentado desde 70 hasta 130 dólares en lo que va de año y a ello se añaden recursos para mejorar la dotación de los hospitales, agrega Jesús Palacios.
Pero el impacto es muy limitado. A pesar del incremento el ingreso de los trabajadores está muy lejos de cubrir la canasta básica y principalmente se destina a la compra de alimentos esenciales y medicinas.
Maduro ha optado por complementar su oferta con menciones a un gasto sobre el que no hay constatación alguna como construcción de nuevas viviendas, reparación de templos y la creación de centros que atenderán a los ancianos.
“Yo no vengo a prometer nada, son hechos, no es que vamos a empezar a construir, ya en este momento están empezadas y se están construyendo más de cuatrocientas mil viviendas nuevas”, aseguró en un mitin en Los Teques.
Más desiguales
Para Maduro no es fácil convencer a la mayoría de los venezolanos de que él representa el futuro y no una promesa desgastada por la interminable crisis que estalló en 2014, dando pie a la recesión que redujo el tamaño de la economía a la cuarta parte y la hiperinflación que pulverizó el ingreso de la población.
Gracias a la eliminación del control de precios, del control de cambio, la libertad para importar, la dolarización de facto y el ajuste para desacelerar la inflación la economía se ha estabilizado en el fondo con pocos ganadores y muchos excluidos.
El economista Daniel Cadenas utiliza datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) y destaca en un análisis que “el 10% más rico de la población venezolana percibe en promedio ingresos 34 veces mayores que el 10% más pobre, una cifra escandalosa que supera ampliamente la media latinoamericana”.
“En América Latina y el Caribe, la región más desigual del mundo, el 10% más rico de la población tiene en promedio ingresos 12 veces mayores que el 10% más pobres”, añade.
El crecimiento, tras la debacle, es pequeño. La mayoría de las proyecciones de consultoras y bancos es que este año la economía crezca en torno a 4% con una producción concentrada en pocos sectores como alimentos básicos y medicinas.
En este entorno Maduro insiste en que ya comenzó un ciclo de prosperidad: “Tiempos milagrosos han llegado a Venezuela, tiempos bendecidos y lo que viene es pa’ mejor: crecimiento, bienestar social recuperado” prometió en San Cristóbal.
El cambio
Tras la muerte de Hugo Chávez en 2013 Nicolás Maduro obtuvo una cerrada victoria y en 2018 se reeligió mediante elecciones cuestionadas por la Unión Europea, gobiernos de América Latina y Estados Unidos, que además aplicó sanciones.
Para esta elección el grupo instalado en el poder esperaba que la oposición acudiera dividida y desmotivada después de una serie de medidas aplicadas por instituciones controladas por el gobierno, pero sorpresivamente está cohesionada y fortalecida.
María Corina Machado, la principal líder de la oposición, no puede competir por estar inhabilitada pero su activa participación en la campaña electoral ha impulsado la imagen de Edmundo González, un exdiplomático de 74 años que se ha convertido en la principal opción de cambio.
Tras analizar los sondeos de encuestadoras como Delphos, Consultores 21 y Clearpath Strategies, Ecoanalítica explica en un reporte del 10 de julio que “María Corina Machado ha logrado transferir su base de apoyo a Edmundo González en más de un 90%”.
Agrega que “Edmundo González lidera la intención de voto con 56% (y subiendo), con más de 20 puntos porcentuales por encima de Nicolás Maduro que tiene 35%”.
“La intención de voto de Edmundo González ha seguido creciendo y la de Nicolás Maduro ha tocado techo” añade.
María Corina Machado y Edmundo González
Oswaldo Ramírez, director de la consultora ORC explica que para la mayoría de los electores la opción es cambio o continuidad y los sondeos indican que la balanza se inclina “a que pueda abrirse una transición, un nuevo camino político en el país”.
De acuerdo al último sondeo de ORC con datos recolectados entre el 22 y el 28 de junio las cifras, sin el ajuste por electores probables, señalan 59% en intención de voto para Edmundo González y 15% para Nicolás Maduro.
El discurso de Maduro ha buscado resaltar el impacto de las sanciones para justificar el descalabro de la economía; no obstante de acuerdo a los estudios de opinión esta estrategia no ha tenido el rendimiento esperado.
“Mayoritariamente la opinión se inclina porque los problemas del país están derivados de decisiones de política pública, no del tema sancionatorio” dice Oswaldo Ramírez.
Campo minado
Si bien el gobierno está frente a un riesgo electoral importante, hay que tomar en cuenta que tiene a mano un arsenal de herramientas para disminuir la brecha el día de la elección; de hecho, ya ha aplicado algunas.
Con distintos obstáculos se impidió que 4,5 millones de venezolanos en el exterior puedan registrarse para votar en el extranjero y creó centros de una sola mesa para complicarle a la oposición la posibilidad de tener suficientes testigos.
Decisiones judiciales han derivado en que la tarjeta de votación de partidos que tradicionalmente han sido de la coalición que apoya a Edmundo González como Primero Justicia y Voluntad Popular sumen votos para otros candidatos.
Ecoanalítica indica que el día de la elección el gobierno podría recurrir a “cambiar arbitrariamente a electores de sus centros de votación, entorpecer el flujo de votantes en los centros electorales donde la oposición es mayoría o no acreditar a testigos electorales de la oposición”.
Explica que “sin conocer las acciones, es imposible calcular o simular cuál va a ser su impacto en términos de votos y si la ventaja que tiene hoy la oposición es suficiente para sobreponerse a estas dificultades y ganar la elección el 28 de julio”.
Oswaldo Ramírez admite que acciones de este tipo podrían tener impacto pero “luce lejano que sean suficientes vista la brecha entre los candidatos y el nivel de deseo de cambio”.
Ecoanalítica también menciona entre las posibles acciones de Maduro una medida radical: inhabilitar o descalificar a Edmundo González como candidato o eliminar una o más de las tarjetas que lo apoyan.
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