Aunque la baja producción y el descuento a que se vende limitan el impacto, la escalada del crudo ayudará a la estrategia del BCV para mitigar el alza del dólar en los últimos meses del año.
Víctor Salmerón
Imagen de John R Perry en Pixabay
El petróleo acumula un alza de 25% en el tercer trimestre que dará algo de oxígeno a la caja del gobierno y ayudará a moderar el aumento del dólar en los últimos meses del año, en los que crecerá el gasto público y habrá más bolívares en circulación.
El Brent, el crudo marcador, se cotiza la mañana del 21 de septiembre en 92,5 dólares el barril, el nivel más elevado en diez meses en un entorno en que la demanda de China y Estados Unidos se mantienen por encima de lo previsto mientras que los recortes de producción de Arabia Saudita y Rusia restringen la oferta.
Atrás queda el tiempo en que los petroestados perdieron influencia. Los inversionistas que financian el crudo de esquisto ahora se centran en obtener beneficios y no en facilitar el alza de la producción, por lo tanto, los miembros más fuertes de la OPEP y sus aliados recuperan poder en el mercado.
El analista del banco sueco SEB, Bjarne Schieldrop, afirma en su último reporte que “Arabia Saudita y Rusia controlan sólidamente el mercado del petróleo”.
Para Arabia Saudita el alza de los precios significa más dinero para financiar su ambicioso plan de transformación que busca menos dependencia del petróleo, mientras que Rusia obtiene recursos para costear la guerra en Ucrania.
La economía global está consumiendo más petróleo del que produce: en agosto los inventarios se redujeron de manera considerable y operadores esperan que la caída continúe los próximos meses.
La Agencia Internacional de la Energía anticipa “un importante déficit de oferta” de petróleo hasta finales de año y Edward Morse, jefe de materias primas de Citigroup, afirma en una nota que el Brent podría superar los 100 dólares por barril.
Al Salazar, analista de Enverus Intelligence Research, explica en un reporte que al considerar la demanda, el recorte de la oferta y los inventarios “las simples matemáticas significan Brent a cien dólares el barril”.
El freno
El alza de los precios del petróleo amenaza con acelerar la inflación y debilitar el crecimiento de la economía en Estados Unidos y Europa, lo que se traduciría en menos demanda en el mediano plazo.
La decisión de la Reserva Federal de mantener las tasas de interés elevadas aumentó el temor a que se resienta el crecimiento de Estados Unidos. Gracias a esta medida el petróleo disminuyó 0,9% el 20 de septiembre.
Tras este declive Doug King, director de inversiones de RCMA Asset Management, alertó que es probable que el barril aumente con menos vigor de lo esperado porque el ascenso se debe a la restricción de la oferta y no a la fortaleza de la demanda.
“El movimiento al alza no es masivamente estructural, creo que es más artificioso”, dijo Doug King y añadió que “nos estamos acercando al extremo superior de este movimiento”.
Más caja
El petróleo aporta 80% de los dólares que ingresan a Venezuela y el incremento en el precio del barril se traducirá en más divisas en poder del Banco Central que intentará disminuir la devaluación de la moneda en los últimos meses del año, cuando el gobierno aumentará el gasto a través de bonos y pagos a contratistas.
La expansión del gasto público pondrá en marcha una cadena que los venezolanos ya conocen: quienes reciban los bonos rápidamente gastarán los bolívares en comercios que, al igual que las empresas que cobrarán por servicios prestados al gobierno, los cambiarán a dólares lo antes posible.
Un reporte de Síntesis Financiera indica que “a partir de octubre veremos la fuerte aceleración estacional del gasto público que es usual en el cuarto trimestre. El incremento de los desembolsos será menos intenso que en 2022, pero habrá presión alcista sobre el tipo de cambio”.
“En el cuarto trimestre de este año será fundamental el rol del Banco Central conteniendo el tipo de cambio a través de una agresiva venta de divisas. Pensamos que en septiembre la intervención del Banco Central será algo menor que 200 millones de dólares y a lo largo del cuarto trimestre se requerirán mil millones de dólares” añade Síntesis Financiera.
Al evaluar el impacto favorable que representa el nuevo brillo del barril indica que “el alza de los precios del petróleo que comenzó en agosto parece haber dejado atrás precios del crudo Brent inferiores a 80 dólares” y añade que “este desempeño será crucial para la defensa del bolívar que desea realizar el Banco Central”.
No obstante hay que tener en cuenta que el impacto será limitado. La baja producción y las sanciones, que obligan a vender una porción del petróleo con descuento, restan fuerza al impacto del aumento en el precio del barril.
Todo apunta a una devaluación importante. El tipo de cambio oficial es de 33,8 bolívares por dólar y la proyección de Ecoanalítica es que culmine el año en 61 bolívares por dólar mientras que Dinámica contempla 62,4 bolívares.
El techo
De acuerdo con la información entregada por el gobierno a la OPEP entre junio-agosto de este año, la producción petrolera de Venezuela se ubicó en 808 mil barriles diarios lo que implica un aumento de 16% respecto al último trimestre de 2022.
Buena parte del aumento obedece a la mayor producción de Chevron, la empresa estadounidense que recibió una licencia de Washington para incrementar sus operaciones en Venezuela.
Al momento de obtener la licencia Chevron estaba produciendo 55 mil barriles diarios pero solo necesitaba reanudar sus operaciones en el campo Boscán para aumentarla rápidamente. Consultoras estiman que culminará el año en torno a 140 mil barriles diarios.
Un mayor aumento luce complicado. La licencia a Chevron no le permite perforar nuevos pozos y la posibilidad de un cambio en esta restricción depende de si Estados Unidos aumenta o no la flexibilización de las sanciones.
Expertos como Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina del Instituto Baker de la Universidad Rice, han alertado que “para alcanzar los 200 mil barriles Chevron necesitará otra licencia que depende de las conversaciones políticas”.
Pocos taladros
Tras el colapso provocado por la pandemia y el impacto inicial de las sanciones la producción petrolera colapsó, pero buena parte de la caída se debió al cierre de producción.
Esto se tradujo en que el país contaba con una capacidad ociosa que de acuerdo a los datos del Departamento de Energía de Estados Unidos, le permitía sumar a su producción medio millón de barriles diarios en poco tiempo.
Paulatinamente esto comenzó a suceder y la producción total de la industria petrolera empezó a repuntar desde el año pasado pero la capacidad ociosa está prácticamente agotada y los datos de Baker Huges indican que solo hay dos taladros activos.
Por lo pronto, salvo un cambio importante, la meta del gobierno de alcanzar un millón de barriles diarios este año luce muy comprometida. Bancos de inversión estiman que el techo de la producción, sin cambios en la licencia otorgada a Chevron, se ubica entre 850 mil y 900 mil barriles diarios.
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