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¿Pueden los venezolanos desatar un cambio político el próximo 28 de julio?

El estudio de Delphos indica que la mayoría se siente protagonista y hay voluntad para defender un triunfo de la oposición. Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB, afirma que “nunca hemos estado más cerca de producir una transición”.


Víctor Salmerón


Venezuela elecciones 2024 cambio político

Mitin de la oposición en Anzoátegui


Entre las rendijas para desencadenar el tránsito a la democracia, los politólogos incluyen una stunning election y Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), considera que este es un escenario muy probable para Venezuela.


El término se refiere a cuando un gobierno autoritario, presionado por la necesidad de ganar legitimidad, organiza unas elecciones que cree seguras y sin riesgo para su permanencia en el poder, pero sorpresivamente las pierde.


Los venezolanos acudirán a las urnas el próximo 28 de julio y Benigno Alarcón indica que “estamos ante elecciones donde has buscado controlar todas las condiciones para eliminar la incertidumbre de quién puede ganar, pero con el problema de que no pudiste hacerlo como esperabas”.


El chavismo actuó sin sutilezas para asegurar otro sexenio de Nicolás Maduro y lograr que acumule 18 años en el Palacio de Miraflores.  Inhabilitó a María Corina Machado, la principal líder de la oposición y a su sustituta, Corina Yoris. Impidió que alrededor de cuatro millones de venezolanos en el exterior puedan votar y estimuló la inscripción de un grupo de candidatos para fragmentar el voto opositor.


No obstante, la oposición inscribió como candidato a Edmundo González, un exdiplomático de 74 años y Machado ha sido capaz de transferirle su apoyo. Además, la elección se ha polarizado y las principales encuestas le otorgan a Edmundo González una ventaja holgada en intención de voto.


“Vamos a un escenario que se va a definir entre dos posibilidades: o una elección que el gobierno pierde, reconoce y abre un espacio para negociar o una elección que no reconoce y dispara un conflicto”, dice Benigno Alarcón.


Desde su punto de vista el desenlace de la elección dependerá, en buena medida, de una combinación de presión internacional e interna para la defensa de la democracia, a fin de aumentarle los costos al gobierno en caso de que intente mantenerse en el poder por la fuerza.


Yo decido

La mayoría de los venezolanos siente que la posibilidad de producir un cambio político está en sus manos y hay una importante disposición a defender el resultado de la elección.


El estudio del Centro de Estudios Políticos de la UCAB junto a la encuestadora Delphos, realizado entre el 5 y el 11 de julio mediante entrevistas a inscritos en el registro electoral, indica que ante la pregunta: ¿quién tiene la capacidad real para generar un cambio político? La mayoría menciona “nosotros mismos, todos nosotros” y “los ciudadanos, la gente”.


Ante la interrogante de cuál sería el instrumento para lograr un cambio de gobierno la mayoría indica “votando en la elección” y ante la pregunta de qué pasará si se comete un fraude 58% de quienes apoyan a Edmundo González indica que “hay que protestar hasta que el gobierno reconozca”.


Félix Seijas, director de Delphos, explica que “esto no significa que todos protestarían pero bastaría con que cinco por ciento lo hiciera para que hubiese protestas masivas”.


Otra muestra de la disposición a defender el voto es que un tercio de quienes votarían en la elección se declara muy dispuesto a regresar al centro de votación para ser testigo del conteo de los votos.


La tendencia

Para el resultado de la elección es clave la cantidad de venezolanos que salgan de sus casas y se presenten en el centro electoral. Delphos cuenta con un modelo que incluye una serie de variables para medir la posibilidad real de que una persona vote y los divide en cinco categorías: alta, media alta, moderada, media baja y baja.


Al considerar el segmento con alta posibilidad de ir a votar Edmundo González superaría a Nicolás Maduro por dos millones de votos. Si se añaden los que tienen una probabilidad media alta de votar, la brecha crecería hasta 2,4 millones y si se suman los que tienen una probabilidad media la brecha se dispararía hasta 4,4 millones de votos.


Delphos


Tras el colapso del socialismo del siglo XXI, que dio pie a la recesión que redujo el tamaño de la economía a la cuarta parte y a la hiperinflación que pulverizó el ingreso de la población, para Nicolás Maduro no es fácil convencer a los venezolanos de que su continuidad traerá un mejor futuro.


Gracias a la eliminación del control de precios, del control de cambio, la libertad para importar, la dolarización de facto y el ajuste para desacelerar la inflación la economía se ha estabilizado en el fondo con pocos ganadores y muchos excluidos.


“La gente vota por lo que espera. Tres cuartas partes del país dice que es necesario un cambio de gobierno”, indica Félix Seijas.


Tras la muerte de Hugo Chávez en 2013 Nicolás Maduro obtuvo una cerrada victoria y en 2018 se reeligió mediante elecciones cuestionadas por la Unión Europea, gobiernos de América Latina y Estados Unidos, que además aplicó sanciones.


Maduro ha tratado de que la población crea que los bajos salarios, las pensiones exiguas y las fallas de servicios públicos se deben a las sanciones de Washington, pero no ha tenido éxito.


“La mayoría piensa que es un problema de mala administración del gobierno y que las sanciones lo empeoran”, explica Félix Seijas.


De acuerdo con el estudio de Delphos 16,3% se declara resteado con Maduro y 14,3% son chavistas descontentos al punto que una porción de ellos se inclina por un cambio de gobierno.


Delphos


Cerrar la brecha

Aparte de tratar de aceitar la maquinaria para la movilización de sus bases y arreciar su campaña para aumentar el apoyo al candidato presidente, el gobierno podría aplicar un catálogo de prácticas para disminuir el voto opositor el día de la elección.


Fuentes de la oposición no descartan que a electores se le cambie a última hora el centro donde votan, que se entorpezca el flujo de votantes, que no se acredite a todos sus testigos y que se pretenda impedir que los electores regresen a los centros para presenciar el conteo de los votos.


Félix Seijas considera que si bien prácticas de este tipo pueden disminuir el voto opositor es muy difícil que “el gobierno logre revertir en las urnas de votación el balance de votos. Lo más seguro es que si no pasa nada hasta el día de la elección vamos a tener una elección con más votos de la oposición”.


Benigno Alarcón considera que “la oposición pareciera estar hoy en su mejor momento político y electoral mientras que el gobierno pareciera estar en su peor situación, con una brecha en lo electoral que no es posible superar a través de las prácticas tradicionales de fraude”.


Desde su punto de vista “nunca hemos estado más cerca de producir una transición. Hoy están sobre la mesa todas las condiciones para que se produzca quizás a excepción de una negociación que baje los costos de salida para quienes están en el poder”.


El fraude

Maduro también podría utilizar su control sobre las instituciones para eliminar a última hora del tarjetón electoral la tarjeta de la Mesa de la Unidad que, de acuerdo con el estudio de Delphos, es el instrumento que piensan emplear 77 de cada 100 electores dispuestos a votar por Edmundo González.


Si bien habría otras tarjetas para votar por Edmundo González esta medida crearía confusión. Una opción más radical sería descalificar a Edmundo González como candidato con lo que la oposición mayoritaria quedaría sin opción.


Benigno Alarcón no duda en señalar que “si Edmundo González es sacado del proceso estamos ante un fraude y no creo que la oposición pueda mantenerse en la carrera electoral porque no hay elecciones, si lo quitan de la elección hay que sincerarse”.


Un fraude acabaría con el intento de legitimación de Maduro y desde el punto de vista de la internacionalista Elsa Cardozo, con la posibilidad de un reconocimiento por parte de Estados Unidos.


“Ante una situación de fraude creo que la situación llevaría a ese punto de no reconocimiento. Hay una resolución bipartidista en el congreso de Estados Unidos que ya habla de esto, hay consenso acerca del umbral para las medidas y atender el caso venezolano y allí se habla francamente de no reconocimiento”, dice Elsa Cardozo.


Benigno Alarcón señala que “si el gobierno logra mantenerse en el poder por la fuerza, es predecible una autocratización mucho más acelerada para asegurar su estabilización y hacerse menos dependiente de la legitimación electoral. La permanencia de Maduro en el poder generaría una ola migratoria igual a las del 2014, 2017 o 2019”.


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