El país es altamente vulnerable a un recrudecimiento de las sanciones de Estados Unidos y a un declive de los precios del petróleo. Analistas no descartan la posibilidad de un acercamiento con Maduro impulsado por el tema migratorio.
Víctor Salmerón
Comienza la segunda era Trump en el Despacho Oval: / Pixabay
Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca aumenta la dosis de incertidumbre en Venezuela. Durante su primer mandato como presidente de Estados Unidos, el líder republicano mantuvo una política exterior impredecible que obligó al mundo a tratar de adivinar sus planes.
Sobre la mesa estará la opción de que Washington endurezca las sanciones en el sector petrolero y se agrave la debilidad de la economía, pero también existe la posibilidad de acuerdos que busquen frenar la emigración ilegal de venezolanos a Estados Unidos.
Al mismo tiempo, el giro que se avecina en la política comercial de Estados Unidos y el objetivo de acabar con las guerras en Ucrania y el Medio Oriente podrían impactar el precio del barril de petróleo, el producto que provee ocho de cada diez dólares que ingresan a Venezuela.
Chevron y su licencia
Washington, al igual que una larga lista de países, considera fraudulentas las elecciones del pasado 28 de julio en las que Nicolás Maduro se reeligió como presidente de Venezuela sin mostrar nada que avale el triunfo.
Las elecciones turbias no son nuevas. En 2018 Maduro se reeligió por primera vez mediante unos comicios cuestionados y Estados Unidos, en ese entonces bajo la conducción de Trump, quien cumplía su primer mandato, impuso sanciones limitando las inversiones en petróleo y obligando a vender barriles en el mercado negro.
En noviembre de 2022 la administración de Joe Biden ablandó las sanciones y permitió a Chevron producir y exportar petróleo desde Venezuela mediante una licencia especial. En mayo de este año, emitió licencias similares a Repsol, ENI y Maurel & Prom.
Gracias a Chevron, principalmente, la producción creció desde un promedio de 684 mil barriles diarios a 877 mil barriles diarios en septiembre de este año; pero Trump, quien iniciará su nuevo período el 20 de enero de 2025, podría eliminar las licencias.
De eliminarlas consultoras como Ecoanalítica proyectan que la producción caería en 25%, algo que golpearía la caja del gobierno: los barriles provenientes de las operaciones con licencias se venden a precios de mercado y los de Chevron van a refinerías en el sur de Estados Unidos.
Durante la campaña electoral Trump criticó a la administración de Biden y señaló que “nunca debió haberle levantado a Maduro las sanciones petroleras”, pero los discursos de campaña no siempre se transforman en hechos.
Una señal relevante será el equipo a encargarse de las relaciones exteriores. Christopher Sabatini, investigador para América Latina del centro de análisis británico Chatham House, dijo a Swissinfo que “si es (el senador) Marco Rubio o sus acólitos, traerá consigo un endurecimiento de la política hacia Venezuela y Cuba: sanciones más severas”.
OPEP
¿Reservas estratégicas?
Analistas y políticos venezolanos consideran que Estados Unidos está interesado en que Venezuela aumente su producción petrolera para recuperarla como proveedor confiable y además tiene como objetivo evitar que China y Rusia controlen sus gigantescas reservas; por lo tanto, bajo esta óptica, la flexibilización de las sanciones no se revertirá.
Pero puede ser una lectura equivocada. Luis Pacheco, académico no residente del Instituto Baker de la Universidad Rice de Houston, señaló hace tres semanas en un foro del Observatorio Venezolano de Finanzas que Estados Unidos, debido al shale oil y el uso más eficiente de la energía “no necesita el petróleo venezolano”.
“Tampoco creo que los chinos o los rusos estén esperando para llevarse el petróleo venezolano porque no está ocurriendo ahora. Venezuela se transformó, a pesar de que tiene un gobierno que controla todo, en un país sumamente peligroso desde el punto de vista geopolítico”, añadió Luis Pacheco.
Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina en el Centro de Estudios Energéticos del Instituto Baker, considera que “la importancia o no de Venezuela en el mercado depende del precio del petróleo, si hubiese una crisis en el Medio Oriente y el precio subiera en Estados Unidos va a haber mayor presión para ser más flexible”.
“Sobre la idea de que si Estados Unidos mantiene a Venezuela sancionada Rusia y China van a ingresar con fuerza en el sector petrolero creo que la evidencia es que no ha sido el caso. Cuando Estados Unidos impuso sanciones en 2019 China ya estaba invirtiendo poco y había cesado la concesión de nuevos préstamos al gobierno venezolano”, dice Francisco Monaldi.
Agrega que “tanto para los rusos como para los chinos las sanciones les han hecho difícil invertir en Venezuela. En el caso de los rusos son competidores al igual que los iraníes, entonces son un aliado problemático para Venezuela”.
Maduro y Xi Jinping en China
El precio del barril
Gracias a la combinación de oferta abundante y señales de debilidad en la economía de China, a pesar de la guerra en Ucrania, el conflicto en el Medio Oriente y los recortes de producción de la OPEP, el precio del petróleo se ha mantenido por debajo de los niveles alcanzados en otras épocas de inestabilidad.
El precio del Brent, el principal marcador, ha caído 15% en los últimos seis meses y cerró esta semana en 73 dólares el barril. Citibank y JP Morgan proyectan un precio en torno a 60 dólares el barril el próximo año e incluso menos si la OPEP+ reduce los recortes voluntarios de producción.
El regreso de Trump al Despacho Oval podría acentuar la tendencia declinante. Su plan de defender la industria manufacturera de Estados Unidos colocando un arancel de entre 10% y 20% a la mayoría de los productos extranjeros y de 60% a los provenientes de China amenaza con generar una especie de “guerra comercial” que podría reducir el crecimiento de la economía global.
Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del Fondo Monetario Internacional explicó al presentar el último informe de perspectivas que el aumento de los aranceles entre los destinitos bloques comerciales perturbará el comercio y la actividad económica a lo que se añade el peso de la incertidumbre.
“Y cuando juntamos ambas cosas, encontramos un impacto en la producción mundial del orden del 0,5% de los niveles de producción en 2026. Se trata, por tanto, de un efecto bastante considerable tanto de un aumento de los aranceles entre distintos países como de un incremento de la incertidumbre en la política comercial”, dijo Gourinchas.
El alza de los aranceles impactará la economía global
Trump no ha explicado cómo se dispone a lograrlo pero ha prometido que acabará con la guerra en el Medio Oriente. Si es capaz de alcanzar un acuerdo para que Israel ponga fin al enfrentamiento con Irán, Hamas y Hezbolá, disminuirá el riesgo geopolítico y se reforzará el escenario de precios más bajos para el petróleo.
Igualmente, si las buenas relaciones entre el presidente ruso Vladimir Putin y Donald Trump son suficientes para moldear un trato que ponga fin a la guerra en Ucrania, es probable que haya un alivio de las sanciones a Rusia, algo que podría impulsar sus exportaciones de petróleo y reducir la prima de riesgo.
De acuerdo con lo reseñado por el periódico estadounidense Wall Street Journal, el plan de paz que propondrá Trump contempla, entre otras cosas, que Ucrania renunciaría a unirse a la OTAN en los próximos 20 años y aceptaría la pérdida de parte de su territorio.
Putin dejó abierta la puerta de la negociación y señaló que “merece prestar atención a lo que se dijo (durante la campaña electoral) sobre el deseo de restablecer las relaciones con Rusia para poner fin a la crisis de Ucrania”.
En el otro lado de la balanza Trump ha manifestado que está dispuesto a endurecer las sanciones a Irán, lo que podría traducirse en mayores obstáculos para que coloque su petróleo en el mercado.
La consultora Síntesis Financiera indica que si en definitiva el próximo año el precio del petróleo desciende hasta un promedio de 60 dólares, el valor de las exportaciones de Venezuela sería de 13 mil 400 millones de dólares, mientras que con un promedio de 78 dólares el monto sería de 17 mil 300 millones de dólares.
El declive del ingreso agravaría la debilidad de la economía venezolana que tras reducirse a la cuarta parte inició un incipiente crecimiento que comienza a frenarse por el desequilibrio en el mercado cambiario, la poca inversión y las fallas en el suministro de electricidad.
Maduro tiende la mano
Nicolás Maduro se muestra dispuesto a negociar. Tras el resultado de las elecciones afirmó que “en su primer gobierno, presidente reelecto Donald Trump, no nos fue bien. Este es un nuevo comienzo para que apostemos a ganar-ganar y le vaya bien a Estados Unidos, le vaya bien a Venezuela”.
Fuentes señalan que la emigración de venezolanos que ingresan de manera ilegal a Estados Unidos podría hacer que Trump, quien tuvo como tema principal de su campaña la criminalización de los migrantes, no refuerce las sanciones a Venezuela a fin de no alentar un mayor éxodo y, por el contrario, busque un acuerdo con Maduro.
Michael Shifter, quien presidió Diálogo Interamericano, un centro de análisis hemisférico con sede en Washington, dijo a la BBC que no descarta que Trump “pueda dar un giro de 180 grados y decir que va a cambiar su enfoque frente a Venezuela, tratar de acomodar el régimen de Maduro y buscar un acuerdo tal vez sobre el tema migratorio”.
“Y también facilitar oportunidades para sus amigos, para hacer negocios en Venezuela y ganar mucho dinero. Hay posibilidades de hacer eso”, agregó Michael Shifter.
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