El tipo de cambio oficial persigue al paralelo y recorta la distancia pero todavía hay un trecho por recorrer. No hay certeza sobre si el Banco Central continuará con la política de minidevaluaciones o si intentará un nuevo anclaje del dólar.
Víctor Salmerón
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A principios de octubre el Banco Central parecía navegar sobre aguas tranquilas. Durante doce meses el tipo de cambio oficial prácticamente no había variado y la inflación mostraba una desaceleración relevante; pero la fragilidad y las inconsistencias no tardarían en aparecer mediante una crisis cambiaria que aún no finaliza.
Las cifras reflejan el temblor. En los últimos dos meses y medio el precio del dólar aumentó 34% en el mercado oficial y se catapultó en el mercado paralelo, creándose una brecha entre las dos cotizaciones que distorsiona la economía. Además, la inflación retornó a variaciones mensuales de dos dígitos.
La brecha, que actualmente es de 15%, estimula la práctica de comprar dólares en el mercado oficial para revenderlos en el paralelo e impacta los costos de las empresas, porque mientras sus precios están al tipo de cambio oficial sus proveedores cobran a la tasa paralela.
¿Cómo se va a cerrar la brecha? Leonardo Vera, presidente de la Academia de Ciencias Económicas, explica que el tipo de cambio paralelo va a continuar subiendo hasta tanto se equilibren la oferta y la demanda. Una vez se alcance ese punto “la brecha se va a cerrar o con una gran devaluación o con minidevaluaciones del tipo de cambio oficial”.
“Lo que va a ser muy difícil es que el tipo de cambio paralelo descienda hasta donde está el tipo de cambio oficial, para eso se requiere una mayor oferta de dólares en el mercado oficial que haga que muchos dejen de ir al mercado paralelo”, agrega.
El cierre de la brecha no será indoloro. “La consecuencia va a ser tasas de inflación más elevadas y un empobrecimiento de todos los que tienen ingresos y patrimonio en bolívares. Estamos en una crisis cambiaria que no ha terminado”, dice Leonardo Vera quien participó en un foro del Observatorio Venezolano de Finanzas.
Ancla rota
En el cuarto trimestre de 2023 el Banco Central ancló al tipo de cambio oficial en 36 bolívares por dólar convencido de que dominaría la inflación en poco tiempo. El problema es que si bien se desaceleró, no lo hizo ni a la velocidad ni hasta los niveles esperados.
El resultado fue que el dólar, que tenía el mismo precio mientras todo lo demás aumentaba, se convirtió en un artículo muy barato y la demanda de divisas comenzó a escalar. Para defender al anclaje el gobierno limitó la cantidad de bolívares en la economía: sin bolívares no es posible comprar dólares.
La estrategia consistió en reducir el gasto público en partidas muy sensibles como salarios y pensiones. Además, trancó el grifo del crédito obligando a los bancos a engavetar más de dos tercios del dinero que gestionan.
Pero la demanda, reforzada por lo barato del dólar y la poca confianza en la moneda, siguió creciendo y a principios de octubre tomó impulso porque el gobierno comenzó a gastar más e inyectó bolívares.
Si bien el Banco Central aumentó la oferta de dólares, llegó un momento en que no pudo satisfacer la demanda y quienes no tenían respuesta a sus órdenes de compra se desplazaron al mercado paralelo.
Rápidamente el tipo de cambio paralelo comenzó a escalar y se alejó del oficial. Bajo esa presión, el Banco Central no tuvo más opción que aceptar el fin del anclaje. El parte de guerra es claro: el tipo de cambio oficial ha aumentado desde 36,6 bolívares hasta 50,3 al cierre de esta semana y el tipo de cambio paralelo se ubica en 58 bolívares por dólar.
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Sin señales
Tras el quiebre del anclaje, el Banco Central comenzó a elevar el tipo de cambio oficial a una velocidad ligeramente superior a la que aumenta el tipo de cambio paralelo, a fin de evitar que se ensanche la brecha entre las dos tasas e ir cerrándola lentamente.
El presidente del Banco Central no ha dado ningún tipo de indicación sobre cuál es la estrategia a seguir. El mercado camina a ciegas.
José Guerra, director del Observatorio Venezolano de Finanzas, señala que “tengo la impresión de que se abandonó la política del anclaje por una política de minidevaluaciones, la depreciación del tipo de cambio oficial es más rápida que la del paralelo. Hay una regla no anunciada”.
Ana Belmonte, economista y profesora de la Universidad de Carabobo, indica que “pareciera que la tendencia es devaluar el tipo de cambio oficial a un ritmo de 2% semanal mientras que en el mercado paralelo es de 1% y así llegar a una brecha más cerrada entre las dos tasas”.
No obstante advierte que está por verse el impacto que puede tener el gasto público en un escenario en el que “las expectativas no están basadas para nada en confianza”.
Leonardo Vera indica que “el tipo de cambio oficial trata de apurarse para acercarse al paralelo pero sigue un poco lejos. Esta dinámica no ha terminado y genera nerviosismo porque no hay anuncios sobre cuál es el régimen cambiario”.
“Todos pensamos que es un crowling peg que es lo que estamos viendo hasta ahora, un deslizamiento periódico del tipo de cambio oficial para tratar de alcanzar al paralelo, pero no sabemos si una vez lo alcance va a continuar el deslizamiento o se adoptará un tipo de cambio fijo”, dice Leonardo Vera.
Agrega que “no tenemos idea de hacia dónde nos está conduciendo la política cambiaria y esa es una mala señal. Así no se administra una crisis en el mercado cambiario”.
La oscuridad
Un aspecto a evaluar es que el mercado paralelo, que en teoría funciona a través de mesas de cambio del sector privado, es bastante opaco. José Guerra indica que "nadie sabe cómo se calcula el paralelo, como tampoco nadie sabe cómo se calcula ese dólar del Banco Central que se dice que es flotante".
"La impresión que tengo es que el Banco Central asigna los dólares a determinada tasa y le da a los bancos una tasa de ganancia de cinco o seis puntos porcentuales. El mercado paralelo es el mercado negro", añade.
"Cuando no tienes un mercado oficial organizado, cuando no hay un mercado que funciona, entonces la crisis revienta por el mercado paralelo", dice José Guerra.
Inflación acelerada
La escalada del dólar comienza a trasladarse a los precios porque encarece las importaciones y agrava el malestar bimonetario: como las empresas y los comercios utilizan al dólar para fijar los precios, un dólar más caro rápidamente se traduce en más bolívares a pagar por cada producto.
El Banco Central de Venezuela oculta las cifras pero la medición que realiza el Observatorio Venezolano de Finanzas indica que en noviembre la inflación avanzó 12,5%, el salto más elevado en los últimos 21 meses.
La aceleración de la inflación golpeará con fuerza a trabajadores públicos y pensionados, que en su mayoría solo reciben remuneraciones en bolívares que están perdiendo capacidad de compra.
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Reservas ilíquidas
El Banco Central cuenta con pocas reservas líquidas para aumentar la oferta de dólares. La mayor parte de las reservas que tiene a mano son barras de oro que no puede vender con facilidad. Además, solo tiene control sobre un tercio de las reservas que incluye en sus estadísticas oficiales.
Por los problemas de reconocimiento que enfrenta el gobierno de Nicolás Maduro, el Banco Central no tiene acceso a los Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional y a barras de oro depositadas en el Banco de Inglaterra.
Esto se traduce en que si bien el Banco Central reporta reservas por 10 mil 199 millones de dólares solo controla poco más de 3 mil millones de dólares.
Un elemento clave es que en el intento por calmar al mercado cambiario el Banco Central aumentó la oferta de dólares y las reservas registran una caída de 564 millones de dólares en los últimos cuatro meses.
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El declive agravó el desajuste. La consultora Síntesis Financiera calcula que al cinco de diciembre las reservas líquidas se ubicaban en 735 millones de dólares, “equivalentes a lo sumo a dos meses de intervención cambiaria”.
A esto se añade la posibilidad de que Washington endurezca las sanciones y revoque las licencias que han permitido que empresas petroleras como Chevron aumenten sus operaciones y vendan dólares en el mercado cambiario.
Síntesis Financiera indica en su reporte Briefing Financiero que entre enero y noviembre de este año el Banco Central ha vendido en el mercado cambiario 4 mil 700 millones de dólares y las empresas petroleras con licencias de Estados Unidos, principalmente Chevron, unos 2 mil 200 millones de dólares.
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