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Guyana seduce a gigantes del petróleo

Con la compra de Hess, Chevron se sumó a lista de las grandes compañías presentes en Guyana. El país con el que Venezuela mantiene una disputa territorial es la región del mundo donde la producción petrolera crece a mayor velocidad.


Víctor Salmerón


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Foto Hess Corporation


Chevron, la empresa estadounidense que juega un rol clave en el intento de la administración de Nicolás Maduro por elevar la disminuida producción de petróleo venezolana desembarcó en Guyana, el país con el que desde hace décadas Venezuela mantiene una disputa territorial que crece en tensión.


El 23 de octubre Chevron anunció la compra de Hess, una de las grandes petroleras independientes, por 53 mil millones de dólares. Entre los atractivos de Hess destaca su actividad en Guyana, la nación donde la producción de petróleo crece a mayor velocidad.


Con Hess Chevron adquiere una participación de 30% en el proyecto que lidera Exxon, otro gigante petrolero, en Guyana y que tiene como tercer socio a China National Offshore Oil Corporation, CNOOC, el mayor productor de petróleo y gas natural en alta mar de China.


El proyecto es el bloque Stabroek, una vasta extensión frente a las costas de Guyana que cuenta con una riqueza equivalente a 11 mil millones de barriles de petróleo.


Chevron lo describe como “un activo extraordinario, con márgenes de efectivo líderes en el sector y baja intensidad de carbono, que se espera que genere un crecimiento de la producción en la próxima década”.



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Fuente Hess Corporation



La extracción de petróleo en Guyana creció desde la nada en 2019 hasta 400 mil barriles diarios. Las proyecciones apuntan a que en 2027 habrá aumentado hasta 1,2 millones de barriles al día, cerca del doble de lo que hoy produce Venezuela.


La semana pasada el gobierno de Guyana continuó expandiendo la actividad petrolera y aprobó la operación de seis empresas en ocho bloques geológicos, cuya ubicación incluye aguas profundas frente a las costas del Esequibo y del estado venezolano Delta Amacuro.


Exxon, Hess (ahora controlada por Chevron) y CNOOC operarán uno de los nuevos bloques. En el resto se encuentran empresas como Total de Francia, Qatar Energy y Malaysia’s Petronas, así como Watad Energies y Arabian Drilling de Arabia Saudita.


Tensión creciente

Venezuela mantiene con Guyana una disputa por el territorio del Esequibo y tras la adjudicación de los nuevos bloques geológicos advirtió al gobierno guyanés y a las empresas petroleras que considera nulos los contratos.


La cancillería venezolana emitió un comunicado donde “insta a todos los actores privados transnacionales, de manera formal y categórica, a evitar cualquier incursión en dicho espacio marítimo”.


La posición de Venezuela es que la disputa territorial debe resolverse mediante el Acuerdo de Ginebra, firmado con Reino Unido en 1966 antes de la independencia de Guyana y que contempla la búsqueda de “soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia”.


Por su parte Guyana defiende el límite que delineó en 1899 una corte de arbitraje en París y acudió a la Corte Internacional de Justicia en La Haya, instancia que Venezuela rechaza.


El gobierno de Nicolás Maduro realizará el próximo tres de diciembre un referendo para consultar a la población sobre la disputa territorial. Una de las preguntas es si se apoya que el Acuerdo de Ginebra sea el único instrumento para resolver la controversia.


Todo apunta a que la respuesta, de resultar afirmativa, será empleada por el gobierno venezolano para desconocer el proceso que avanza en La Haya.

Exxon y Chevron

Al referirse a los intereses de las empresas petroleras presentes en Guyana el gobierno venezolano ha centrado sus críticas en Exxon y levemente en Chevron.


El pasado 31 de octubre la vicepresidenta Delcy Rodríguez afirmó refiriéndose a Guyana que “la ExxonMobil se adueñó de ese país”.


Agregó que las autoridades guyanesas han licitado bloques geológicos en “un mar que está pendiente por delimitar” porque “cumplen órdenes de la ExxonMobil y del Comando Sur del Pentágono Estadounidense”.


Delcy Rodríguez afirmó que solo un tercio de la “explotación ilícita” que las empresas petroleras están haciendo en Guyana “va a su pueblo, los otros dos tercios van a la ExxonMobil o a las otras transnacionales. Ahora también aparece Chevron en la lista”.


La producción

De acuerdo con las fuentes secundarias de la OPEP, en el tercer trimestre de este año la producción petrolera de Venezuela promedió 752 mil barriles diarios, lo que implica un aumento de 13% respecto al mismo período del año pasado.


Buena parte del aumento obedece a la mayor producción de Chevron que en 2022 recibió una licencia de Washington para incrementar sus operaciones en Venezuela.


Al momento de obtener la licencia Chevron producía 55 mil barriles diarios. En entrevista concedida a Bloomberg Pierre Breber, director financiero de la empresa, explicó que la producción podría cerrar este año en 150 mil barriles diarios.


Cerca de casa

En medio del riesgo de que la guerra entre Israel y Hamás se extienda en el Medio Oriente y la invasión de Rusia a Ucrania, las grandes petroleras estadounidenses, Chevron y Exxon, concentran su expansión en casa o en países no inmersos en conflictos como Guyana.


Once días antes de que Chevron comprara a Hess, Exxon puso sobre la mesa 60 mil millones de dólares para adquirir a Pioneer, la joya de la corona del fracking, o petróleo de esquisto, con operaciones en el oeste de Texas y Nuevo México.


El presidente de Exxon, Darren Woods, afirmó que la diversificación permitirá a la empresa gestionar los riesgos geopolíticos. Al comprar a Hess Chevron no solo desembarca en Guyana, al igual que Exxon, también adquiere una presencia importante en el fracking.


Hess posee valiosos activos en Dakota del Norte en la formación Bakken, uno de los epicentros de la producción de crudo en Estados Unidos gracias al petróleo de esquisto e inversiones en el Golfo de México.


Activos de Hess en Dakota del Norte en la formación Bakken


Pensarlo dos veces

La lectura rápida de las dos grandes compras realizadas por Chevron y Exxon es que se trata de una apuesta porque los combustibles fósiles no perderán relevancia a la velocidad que analistas y organismos como la Agencia Internacional de Energía pronostican.


El príncipe Abdulaziz bin Salman, ministro de Energía de Arabia Saudí, expresó esta convicción al señalar que “no creo que nadie compre un activo que tendrá que congelar”.


Mike Wirth, presidente de Chevron, ha fortalecido esta idea al afirmar que la Agencia Internacional de la Energía no tiene “ni remotamente razón” cuando advierte que los combustibles fósiles alcanzarán un pico de demanda antes de que finalice esta década.


No obstante aparte de esta lectura puede interpretarse que el dinero desembolsado por Chevron y Exxon es una muestra de la incertidumbre en el sector: los accionistas de empresas medianas venden y los gigantes compran para aumentar su escala y eficiencia.


Guyana está en el radar de las grandes petroleras mientras que Venezuela, inmersa en una crisis que culminó en sanciones de Estados Unidos, recientemente flexibilizadas por seis meses pero que podrían ser reimpuestas en caso de no avanzarse en las condiciones políticas, ha perdido un tiempo valioso.


¿Encontrará Venezuela el camino para atraer cuanto antes las grandes inversiones que requiere para explotar sus inmensas reservas de petróleo?


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