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Economía y campaña electoral: ¿qué está haciendo Maduro?

El gasto público despega, pero el gobierno mantiene el plan de ajuste que le ha permitido restarle potencia a la inflación y contener al dólar.


Víctor Salmerón


Prensa presidencial


Obligado a incrementar su conexión con una masa de votantes que se ha empobrecido de manera salvaje, Nicolás Maduro ejecuta un plan para aumentar el ingreso de los trabajadores públicos, pensionados y jubilados, sin dejar a un lado el ajuste que le permite desacelerar la inflación y disminuir la depreciación de la moneda.


Economistas no descartan que este año el mandatario venezolano logre que por primera vez desde 2014 la inflación anual cierre por debajo de 100% y que la franja de la población, que sobrevive con un ingreso paupérrimo, consuma más.


El ajuste que aplica el gobierno tiene como objetivo principal que la cotización del dólar se mantenga lo más estable posible para calmar las expectativas y reducir la velocidad con la que aumentan los precios.


Como no hay confianza en la moneda y los venezolanos buscan desprenderse rápidamente de los bolívares comprando dólares, desde hace tres años el gobierno aplica un plan para reducir los bolívares: sin bolívares no es posible comprar dólares.


Para lograrlo ha recortado violentamente el gasto en salarios, pensiones, inversión, salud y educación. Además, obliga a la banca a congelar la mayor parte del dinero que gestiona a fin de eliminar los préstamos para comprar dólares.


La consecuencia es un ajuste que principalmente descansa sobre los hombros del salario de quienes trabajan para el Estado, las pensiones y los servicios públicos a fin de recortar el gasto que el gobierno financia con la emisión de dinero en el Banco Central.


Al mismo tiempo que frena la demanda de dólares, el gobierno eleva la oferta de divisas gracias al incremento de la producción petrolera y el alza del precio del barril. El resultado es desaceleración de la inflación y mayor estabilidad en la cotización del dólar.


Entre octubre y el 18 de enero el tipo de cambio oficial solo aumentó desde 34,4 hasta 36 bolívares por dólar y la inflación de diciembre de 2023 fue 2,4%, la más baja desde febrero de 2014.


Si se observa la inflación en una panorámica más amplia en 2023, de acuerdo con los datos del Banco Central, la inflación acumuló un alza de 189,8% versus 234,1% en 2022.


Un aspecto clave es que la inflación del año pasado refleja el impacto del salto descomunal de los precios en enero y febrero, cuando la oferta de divisas se redujo por la corrupción en Pdvsa. Desde marzo, la desaceleración es una tendencia clara.


En su discurso ante la Asamblea Nacional Nicolás Maduro destacó la “consolidación del nuevo sistema cambiario” y afirmó que este año “Venezuela consolidará su victoria definitiva contra la inflación retornando, con el favor de Dios, a una inflación anualizada de dos dígitos”, es decir menor a 100%.


Fuente Banco Central de Venezuela


El arranque

La estrategia para comenzar a mejorar el ingreso de los trabajadores públicos es aumentar el monto de bonos que están indexados al tipo de cambio oficial. Por tratarse de bonos y no ser parte del salario no tienen impacto en el cálculo de vacaciones, prestaciones sociales y demás beneficios.


La consultora Síntesis Financiera afirma en un reporte que “así moderará los saltos en el gasto público, el tipo de cambio y la inflación en los meses en los cuales se pagan beneficios laborales vinculados al salario”.


A partir del primero de febrero el ingreso que obtienen los trabajadores públicos por el “bono de guerra económica” más el bono de alimentación aumentará desde el equivalente a 70 dólares hasta 100 dólares, un alza de 42,8%.


Nicolás Maduro dejó en claro que solo es el comienzo: “A buen entendedor pocas palabras, empezandito el año esto es un primer empuje”.


Los pensionados y jubilados recibieron un aumento más modesto pero todo apunta a que en lo que resta de año obtendrán nuevos incrementos.


La balanza

Para aumentar el gasto a través del incremento de los bonos sin que la cotización del dólar se salga de control y la inflación anual sea mayor a dos dígitos, el gobierno necesita ingresos que también le permitan elevar la oferta de divisas.


Por el lado del petróleo se espera un aumento de la producción en torno a 100 mil barriles diarios y si se mantiene la flexibilización de las sanciones el gobierno colocará los barriles que exporta a precios de mercado y no con descuento a través de intermediarios.


Esto se traduciría en más dólares para vender en el mercado cambiario. Además mantendrá en proporciones elevadas los impuestos y este año se espera que la recaudación aumente a una tasa que ayudaría a soportar el incremento del gasto sin recurrir a la emisión de bolívares por parte del Banco Central.


En el lado de los riesgos está la posibilidad de que la presión de los trabajadores obligue a un mayor aumento del gasto o que en abril Estados Unidos no renueve las licencias que permiten vender el petróleo a precios de mercado.


El escenario

Alejandro Grisanti, director de Ecoanalítica, considera que “es probable que la inflación cierre por debajo de 100% este año. Habrá más gasto por motivo electoral, pero en la medida que siga subiendo la producción petrolera ese gasto va a estar más financiado con ingresos reales y eso no debería impactar tanto los precios”.


Añade que “en Venezuela se sobrestima el incremento en el gasto público por el ciclo electoral. Para que realmente ese incremento del gasto se convierta en intención de voto necesitas el dinero para financiarlo”.


Si el aumento del gasto se hiciese con la emisión de nuevos bolívares por parte del Banco Central, rápidamente habría más bolívares detrás de pocos productos o una demanda de dólares que se saldría de control y el resultado sería inflación y devaluación acelerada.


“Si quieres ganar una elección, tienes que incrementar el poder de compra de la gente. Y la única manera de hacerlo es de forma ordenada”, dice Alejandro Grisanti.


Síntesis Financiera considera que es posible que la inflación de este año cierre en dos dígitos pero “dependerá de la evolución de los precios del petróleo, el desempeño de la industria petrolera y las sanciones, y de la capacidad del gobierno de moderar el gasto”.


Agrega que además del incremento en el monto de los bonos indexados “el gobierno probablemente hará esfuerzos importantes en la adquisición de bienes nacionales e importados para ser obsequiados o vendidos a precios subsidiados a la población”.


José Guerra, director del Observatorio Venezolano de Finanzas, señala que “por tratarse de un año electoral habrá un esfuerzo para mantener lo más estable el tipo de cambio” que, desde su punto de vista, culminará el año entre 55 y 60 bolívares por dólar.


Dos problemas

Un aspecto clave es que la estrategia del gobierno, centrada en mantener la cotización del dólar lo más estable posible mientras el resto de los precios en la economía aumentan a un mayor ritmo, crea la sobrevaluación de la moneda.


El dólar se convierte en un artículo barato y esto exacerba la demanda de divisas. Además, el tipo de cambio favorece el ingreso de productos importados más baratos que los elaborados en el país, algo que beneficia al consumo pero impacta a la producción.


Este entorno va creando una presión para devaluar la moneda y cuando viene la devaluación, inmediatamente la inflación se acelera. Un aspecto clave es que el gobierno tiene cerrado el financiamiento en dólares y por tanto un margen de maniobra limitado.


Pedro Palma, miembro de la Academia de Ciencias Económicas, explica que “una de las cosas más baratas que se pueden comprar ahora en Venezuela es un dólar, esa sobrevaluación tarde o temprano obligará a un ajuste del tipo de cambio”.


“Esto es un equilibrio temporal que se produce en todas las economías que anclan el tipo de cambio con fines antiinflacionarios. Eso tarde o temprano revienta. No lo puedes mantener indefinidamente”, añade Pedro Palma.


El gobierno indexó el bono de alimentación y el bono de guerra económica; esto se traduce en que si la cotización del dólar aumenta, el gobierno tiene que desembolsar más bolívares para pagar los bonos.


Si los bonos siguen aumentando, se convierten en una carga pesada y se hace inevitable la corrección cambiaria el gobierno podría verse forzado a recurrir a la emisión de dinero para pagarlos.


José Guerra indica que “el incentivo para el gobierno es no devaluar. Desde el punto de vista social es lo correcto pero desde el punto de vista macroeconómico puede ser un problema”.


X: @gerentesis

X: @vsalmeron

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